Irene y el sexo (Sex and the single girl)

Irene Ceaucescu de Galapagar no deja pasar una oportunidad de meter la pata. Ana Rosa Quintana le preguntaba cómo se puede regular el consentimiento en la intimidad entre dos personas. Y ella respondió: “esto es lo que me preguntaba en un debate Cayetana Álvarez de Toledo: “vosotras las feministas, ¿decís todo el rato que sí, si, sí? Yo creo esto es absolutamente ridículo. La situación que nos estamos encontrando ahora es justamente la contraria. Si una mujer denuncia una agresión sexual se le pregunta que si iba vestida con una minifalda y que a lo mejor como iba con una minifalda iba provocando.

La feministra replicó: «Como gobierne la derecha, ya vemos lo que va a ocurrir… que cuando te violen, va a venir una mujer como Cayetana Álvarez de Toledo a decirte ‘hombre, querida, no es para tanto, a lo mejor es que yo no digo que sí todo el rato, todas las veces, yo no digo que sí hasta el final’… 

Lo que Cayetana hizo fue interesarse por la Ley que va a presentar la ministra Ceaucescu para conmemorar el 8-M: “¿De verdad van a garantizar eso? ¿Penalmente? ¿Un silencio es un no? Ustedes dicen que un silencio es un no, y una duda, ¿de verdad van diciendo ustedes sí, sí, sí hasta el final?».

Uno, así a ojo y sin querer meterse en líos, dictaminaría que Cayetana Álvarez de Toledo sabe mucho más de sexo que la marquesa consorte de Galapagar. Como de todo, por otra parte. Bien pudiera ser que la convenciera en el debate a seis o que entre aquel debate y  la entrevista que le hizo Ana Rosa Quintana en Tele-5, tuvo alguna experiencia relevante, porque parecía haber cambiado de criterio: «Somos dueñas de nuestra sexualidad, no hace falta que una mujer diga «sí» todo el rato».

En ella, lo que no es mentira es ignorancia pura y simple. Su referencia a la minifalda no se corresponde con ninguna experiencia vivida por ninguna mujer víctima de agresión sexual en ninguna comisaría española. Fue la llamada ‘sentencia de la minifalda’ dictada por un juez de Lérida, Rodrigo Pita, en 1989 contra un empresario, Jaime Fontanet, por un delito de abusos deshonestos (así se llamaba entonces y así lo llamaba la sentencia) condenándolo al pago de una multa de 40.000 pesetas, haciendo la extemporánea y majadera consideración de que su empleada, María José López “pudo provocar, si acaso inocentemente al empresario por su vestimenta”. Pita y los miembros del Tribunal fueron sancionados por la Audiencia Territorial de BarcelonaPor otra parte, un agente que recibe en una comisaría una denuncia de violación, sería más pertinente que le preguntara por su edad y por los partidos que gobiernan su autonomía, y tutelan a las menores, pongamos Unidas Podemos y PSOE, que se niegan a constituir una comisión de investigación sobre la prostitución de una veintena de niñas en Mallorca y Menorca. La feministra tampoco mostró una indignación viva por el caso, según comentó en Onda Cero, donde pidió»prudencia» sobre el escándalo de explotación sexual a menores tuteladas en Mallorca. «Hay una investigación en marcha y nos corresponde ser cautelosos».

Los policías y guardias civiles han exigido  a la marquesa consorte una rectificación de sus palabras, mientras el jefe de todos los guardias, como muy bien decía  Maite Rico en El Mundo, callado y más callado y más callado. Como cuando supimos que su compañera de banco azul había puesto en solfa sus inclinaciones sexuales en conversaciones salaces con su compañero sentimental y un comisario venal. 

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