De ayer a hoy

Ayer, domingo, José Luis Zubizarreta en El Correo:

Así pues, hoy bajará el telón. Pero siempre nos quedará la duda sobre los efectos que este torpe e imperdonable incidente (la publicación en El Mundo del borrador policial sobre las presuntas cuentas de Pujol y Mas en Suiza) habrá tenido en el final de la obra. Solo una cosa será cierta. Saldrá siempre vencedor el protagonista (Artur Mas).. Si gana, porque su triunfo tendrá el mérito añadido de haber sido alcanzado superando el juego sucio que se ha practicado. Si pierde, porque será precisamente en ese juego sucio, y no en su propia incompetencia, donde habrá de ponerse la causa única de su derrota. ¡Enhorabuena pues, al listo que se sacó de la manga el as que da al adversario una segura victoria!

Hoy, lunes, José Luis Zubizarreta en El Correo:

«la noticia de las elecciones está, sin duda alguna, en los resultados obtenidos por CiU, que no admiten otro calificativo que el de fracaso. Los convergentes no podrán además disfrazar su pésimo resultado con el argumento de que el soberanismo en su conjunto compensa la pérdida sufrida por su partido. En primer lugar, porque el objetivo del president Mas no era el triunfo de su propuesta, sino el de ser él quien la liderara con una mayoría que quería «excepcional». De otro lado, porque el cómputo total de los escaños que pueden llamarse estrictamente soberanistas –CiU, ERC y CUP– no alcanza el que ya estaba representado en el Parlament de 2010.

Si miramos a las razones del fracaso, dos cabe mencionar en este análisis de urgencia. La primera está en el error que Mas cometió al creerse llamado a ponerse al frente de la masiva manifestación de la Diada y verse capaz de arrastrar consigo a la mayoría de sus participantes. En aquella manifestación, a la que, por cierto, ni siquiera se atrevió a asistir, Mas no habría sido sino un advenedizo y, en vez de a la cabeza, habría tenido que ponerse a la cola. La segunda está en la equivocada creencia de que, por el mero hecho de eludir en la campaña el tema de los recortes en materias sociales, el electorado iría a olvidarse de ellos. La huelga general que tuvo lugar en mitad de la campaña y los mensajes en que no dejaron de insistir con contundencia tanto el PSC como ICV ayudaron a remachar, por si falta hiciere, la buena memoria electoral de la ciudadanía. La ideología soberanista no ha podido amordazar las voces que claman contra las injusticias.

Fijándonos en las consecuencias de la derrota, no cabe duda de que tanto el candidato, Artur Mas, como su propio partido salen de estas elecciones seriamente tocados.» etc.