Y luego dirán que laicos

Uno, que viene de aquellas semanas santas castellanas, tremendas, en las que la cartelera de los cines ofrecía reestrenos de Rey de Reyes, La túnica sagrada y Los Diez Mandamientos, la radio solo emitía música sacra y la tele, lo mismo que los cines, pero en blanco y negro. Debo confesar que a mí se me quedó desde entonces una querencia por el ‘peplum’. Esto facilita a veces la reflexión. Por ejemplo: cada vez que reponen Ben Hur, uno se pregunta cómo es posible que William Wyler no hiciera crucificar al responsable de casting de su película por haber contratado a Haya Harareet para el papel de la protagonista femenina.

Esta reflexión viene muy bien a propósito del tema que nos ocupa. La señora que ven en la foto se llama Yolanda Picazo y fue alcaldesa socialista de la localidad conquense de Las Pedroñeras. Nuestra heroína ha sido puesta en la picota, yo creo que por un mal entendido. La mujer escribió en El Día Digital algo así como un artículo, en el que se trataba de Dolores de Cospedal en estos términos:

«Y es que es para crucificarla, enterrarla en el cementerio nuclear [Eso es un sarcófago y no el de José de Arimatea] y evitar a toda costa resucitarla. [Los socialistas siempre hemos creído en la vida perdurable, pero ningún sicialista castellano-manchefo será tan irresponsable como para gritar: «¡Cospe, levántate y anda!»] Mientras sus compañeros “peperos”, esos que dicen llamar: “al pan, pan y al vino, vino”, son los mismos que abogan por ensalzar las corridas de toros y exterminar a los lobos.»  [¿Qué tendrán los lobos que no tienen los toros de lidia para que el celo preservador de especies de la izquierda les ampare?]

Se ha armado una considerable tangana. Estos del PP es que no aguantan una avispa en los cojones y a la menor, lo sacan todo de contexto. Vamos a ver: estamos en Semana Santa y muy probablemente la señora Picazo ha mamado las influencias estéticas y culturales descritas en el primer párrafo. Es de Las Pedroñeras, capital mundial del ajo morado, que es color penitente por definición. ¿Qué querían, que en estas fechas pusiera a Cospedal en el portal de Belén, entre el adviento y la epifanía?¿No comprenden que es otro tiempo litúrgico? Esto es semana santa y toca lo que toca. Además, Yolanda Picazo no se ha inventado nada; simplemente ha respondido a la llamada de su sangre. Comprueben que Cospedal (y las alegres metáforas de El Mundo) van provocando.

Magdalena Alvarez, aquella ministra de Zapatero a la que sólo le faltaba hablar, rozó el mismo campo semántico, por un quítame allá esas inauguraciones y criticó la presencia de Esperanza Aguirreen uno de aquellos fastos con estas palabras:

«El único sitio donde podía haber estado la presidenta de la Comunidad de Madrid en la inauguración de la Intermodal de la T-4 es o tumbada en la vía o colgada de la catenaria».

Como era en mayo y estaban hablando de trenes y aviones, parece que la crucifixión no pegaba, pero no se queden en lo anecdótico y vayan al conceto. Colgada y yacente son dos posiciones que definen sendos pasos de Semana Santa. Qué más da que cuelgue de una cruz que de la catenaria, esta tropa se define por el cumplimiento de objetivos. Como sea, que dijo José Luis. Después de todo, el árbol (del ahorcado) es una metáfora de la cruz o no sé si al revés. El suplemento religioso de ABC lleva hoy en su portada un titular inequívoco: «¡Mirad el árbol de la Cruz!» Eso sin contar con la prudente advertencia de Jabois: si crucificas a alguien y luego lo entierras, te sale una religión que dura dos mil años.

Yolanda no está sola. Hoy publica Arcadi Espada una pertinente columna en El Mundo sobre el extraordinario asunto de que los socialistas madrileños hayan pedido amparo a Rouco Varela para que les libre del pecado que viene con Eurovegas, si es que viene.

El portavoz adjunto del grupo socialista en la Asamblea madrileña José Quintana ha dicho hoy que con Eurovegas «vamos a tener el mayor burdel de Europa» y ha pedido al cardenal arzobispo de Madrid que «diga si está de acuerdo»: «Yo le pregunto al señor Rouco Varela ¿pero no merece la pena que en un momento como éste se diga algo? ¿el señor Rouco Varela y la Iglesia de Madrid están de acuerdo con este tipo de actividades que se van a producir en Eurovegas?»

Éste es otro efecto de la Semana Santa. Fuera de temporada, los socialistas muestran que también en este campo tienen dotes para la gestión. Recuerden a la compañera Montse Tura, consellera de Interior en el primer tripartito, que se fue una tarde de sábado, primavera de 2004, a inspeccionar personalmente los burdeles de La Jonquera, para ojear cuchitriles, colchones y sábanas sobre las que los intrépidos camioneros hacían su alto en el camino y su ofrenda a Venus.

Tengo escrito en algún sitio que la única forma de religiosidad acendrada que persevera está en el izquierda. Históricamente. O a ver por qué creen que Dolores Ibarruri adoptó el nombre de guerra de ‘Pasionaria’. En estos días, la piadosa Andalucía que va a gobernar el frente popular Griñán-Valderas mira con preocupación al cielo, por si la lluvia desluce las procesiones. Dentro de tres meses volverán a sacar los santos en procesión, en rogativas contra la sequía. Ya lo decía Foxá, el caso es ir detrás del cura. A veces, con el cirio, a veces con el garrote.