Yo, el jurado

Los amantes del género negro conocen el subgénero encabezado por Mickey Spillane y su criatura literaria, el detective Mike Hammer, un tipo violento, cínico y misógino, que renueva el relato clásico de Hammett y Chandler, en una línea paralela a la de Ross McDonald, pero radicalmente diferente. A los personajes de los dos primeros, Sam Spade y Philip Marlowe, les suceden Mike Hammer y Lew Archer. Archer es, al igual que Marlowe, un melancólico, pero desencantado. Sabe que no está en su mano hacer justicia y podría decirse que renuncia a ello desde el principio; se conforma con saber la verdad. Hammer es, al igual que Spade, un hombre de acción, pero, a diferencia de él carece de moral y, lo que en éste era búsqueda de la justicia, para él es venganza.

Mike Hammer es un macarthysta, como su creador, un tipo que roza el fascismo y desprecia la ley.  Comparen el final de El halcón maltés, con el de Yo, el jurado; la dolorosa renuncia que se percibe en Sam Spade al entregar a la Policía a la mujer que amala asesina de su socio, Brigid O’Saughnessy, con los memorables párrafos finales de la novela: «Cuando alguien mata a tu socio, algo tienes que hacer, no importa lo que pensaras de él…» con el cinismo acabado de Mike Hammer, que besa a la asesina mientras le dispara un tiro en el costado. Ella se desploma con los ojos muy abiertos mientras dice: ¿Co-cómo ppudiste? a lo que él responde con media sonrisa: «No fue difícil». El hecho de que este imbécil llamase Betsy a su pistola ya era una acabada declaración de principios. Y de medios.

Me van a perdonar ustedes este desahogo, que me ha suscitado el sorprendente titular de El País: el jurado del caso Camps parece ‘enigmático’ a los redactores del diario, que ya tenían un veredicto antes de que empezara la vista oral. Al fin y al cabo, el ex presidente de la Comunidad Valenciana no había podido presentar pruebas de que sí había pagado los trajes, ¿no?

Paladeen lentamente el subtítulo: «En el juicio de los trajes se han visto pruebas contundentes del cohecho, pero por las reacciones de quienes emitirán el veredicto, [ejemplar proceso de intenciones] el resultado parece abierto».

Camps ha logrado tres mayorías absolutas, la última en mayo. Pero [alguien que estuviera en la edad debería hacer una tesis sobre el uso de la adversativa en crónicas como ésta] su abogado llegó al juicio sin la artillería con la que contaban las acusaciones. No dispone de documentos. Ni de grabaciones. Ni ha podido encontrar, en casi tres años, a un empleado que viese a Camps pagar sus trajes en metálico, por importes a veces superiores a los 3.000 euros. Quienes podrían haberlo acreditado, los que trabajaban en las tiendas, han manifestado casi unánimemente lo contrario.

[Luego están las características personales del abogado de Camps, un tipo sin principios que recurre a cualquier truco para convencer a un jurado compuesto por gentes simples y fácilmente influenciables:]

El letrado del expresidente, Javier Boix, ha tenido que utilizar otras armas [a falta de pan buenas son tortas y a falta de pruebas de la inocencia del procesado, truculencias]: sembrar dudas sobre testigos y documentos, sugerir (sin hilvanar ningún relato) conjuras y ganarse al jurado. Adecuando el tono. Suprimiendo tecnicismos. Introduciendo resúmenes al principio de las preguntas. Subrayando lentamente en sus papeles las respuestas que le interesaba que fuesen recordadas. Apelando directamente a los jurados. De las pocas veces que el jurado ha reído a la vez, en varias ocasiones, ha sido con alguno de sus golpes de efecto. [Así no vale].

En la tarea le ha ayudado con entusiasmo su defendido: En primera fila se sientan los incondicionales del expresidente, entre ellos su esposa, Isabel Bas. A alguna sesión han asistido, además, sus hijos. Con el más pequeño, de 13 años, Camps se mostró llamativamente cariñoso al final de una vista, ante el jurado. [El procesado se mostró ‘llamativamente cariñoso’, dice, con su hijo de 13 años. Las estadísticas demuestran que un 99,4% de los procesados por cohecho impropio, carecen de sentimientos familiares arraigados. ¿Cómo puede haber gente tan abyecta que ignore la norma de manera tan clamorosa? ]

En fin, es una vergüenza, pero así está el tema.

Addenda: Luego hay un despiece magistral, que lleva por título ‘Duelo de letrados’, en el que contraponen los vicios de Boix, abogado defensor de Camps, con las virtudes de Latorre, acusador en nombre del PSOE. El primero defiende gentuza y el segundo causas justas:

Boix se ha especializado en trabajar para cargos del PP como el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y en eternizar la marcha de los procesos. (…)

Boix consiguió hace 10 años que un jurado declarase inocente a un hombre que llevaba más de un año en prisión por haber matado supuestamente a su esposa tirándola de un séptimo piso. El abogado logró que seis de los nueve jurados considerasen que el hombre no sabía que la mujer quería separarse de él; que no la llevó a la casa en obras, de la que era constructor, para matarla; que fue ella la que se resbaló en el balcón, y que los gritos que pronunció antes de precipitarse al vacío no fueron: «Socorro, socorro, me tira», sino «Socorro, socorro, estira’m

[estírame en valenciano]», como pidiendo ayuda a su marido.

A Latorre, que ha defendido causas progresistas, se le atribuye haber inclinado la balanza contra el único condenado por los asesinatos de las niñas de Alcàsser, Miguel Ricart, en su turno de interrogatorio, en el que el acusado se negó a responderle. Fue también la táctica que utilizó con Camps, quien, pese a negarse a responderle, tuvo que oír las preguntas que no quería contestar y grabaciones como la de «amiguito del alma». [Tomen nota, acusar a los violadores y asesinos de las adolescentes de Alcàsser es una causa ‘progresista’. Ricart y Camps, qué delicada analogía].

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Oído en Twitter:

D. Rodríguez Herrera:

@santigonzalez10 Me ha encantado «Lágrimas socialdemócratas». Es llevar a Sowell t.co/idYBSlhN de la teoría a la práctica en España.

Juan Vicente Simon:

Mañana por la mañana (por hoy) iré a recoger #lagrimassocialdemocratas de @santigonzalez10 Todo un lujazo que me han traido los reyes…